martes, 30 de septiembre de 2008

NO TODA SOLUCIÓN ES VÁLIDA

No se resuelve un problema atendiendo en exclusiva a su última manifestación, sino que el problema se resuelve fundamentalmente atendiendo y resolviendo el origen del mismo, y, sin perder de vista esto, al encaminarse a su resolución, dentro de lo razonable, quizá es necesario encaminarse a resolver las manifestaciones, que quizá tengan efectos secundarios importantes, pero siempre con soluciones que sean buenas en sí mismas y que contemplen la totalidad del problema.

Cuando uno actúa bien sabe que los buenos resultados están garantizados, sean los que sean. Cuando uno quiere resultados concretos como sea, corre el riesgo de desviarse de la buena y amplia actuación, y quizá puede conseguir ciertos resultados inmediatos y aparentes, que, en realidad, son globalmente perjudiciales. La solución dada a un problema, no debe formar parte o agravar un problema sino que debe ir a su resolución, dentro de lo razonable.

No siempre es mejor actuar como sea que no hacer nada concreto, sino que, por el contrario, es desde luego mejor no hacer nada que hacer negativo, concreto, superficial, y, en definitiva, interesado y egoísta.

Urge comenzar a actuar con generosidad, pero la dificultad de esto es que este objetivo siempre tiene que estar por encima de los propios intereses, no se dirige a complacencias ni apariencias superficiales, sino que se dirige al bien real de toda la población.

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