Lo fundamental para reaccionar bien no es la información, que por otro lado siempre será incompleta, sino que lo fundamental es tener buena intención. Y tener buena intención se concreta en dos aspectos fundamentales: uno exterior, actuar de la manera más correcta de la que uno sea capaz, así como recuperándose y tomando las riendas si uno ya ha comenzado por un camino más incorrecto o de más descontrol; por supuesto, incluyendo el descartar las conductas que sean malas en sí mismas, como mentiras o agresiones, que siempre no son más que un engaño con respecto a la solución de un problema, y mediante las cuales uno vería, entre otras cosas, que no ha tenido en cuenta todos los factores implicados en el conflicto.
El segundo aspecto imprescindible para afrontar de la mejor manera un conflicto, como sería este de la crisis, es algo tan sencillo de decir, pero que orienta de la mejor manera la solución de cualquier problema, como el tener la mejor intención hacia todos los implicados; aquí están los dos puntos claves de este segundo aspecto: hacia todos y hacia su bien auténtico, es decir, extensión en número de personas y profundidad del bien hacia el que se dirige uno.
De esta forma se evita la manipulación de que alguien te proponga como solución algo que ya es malo en sí mismo, como privar a una persona de sus derechos fundamentales ya sea vida, como libertad, intimidad, etc. Y por supuesto no pensemos que vamos a anteponer la seguridad al derecho fundamental a la libertad; ese planteamiento no es más que un engaño, ya que proponen algo malo en sí mismo para un supuesto bien que en este caso es engañoso; como decía Ben Franklin: "Si cambias tu libertad por seguridad, pronto perderás ambas". No estaría en ese caso sólo la libertad en juego, sino la vida incluso, si se acepta esa manipulación.
domingo, 5 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)