miércoles, 4 de junio de 2008

EL HAMBRE COMO PELIGROSO NEGOCIO

No se puede descartar que la crisis actual o el hambre actual en el mundo hayan sido intencionalmente creadas. Tampoco se puede descartar que la negativa de ciertos gobernantes a su reconocimiento, por el momento, no sea más que una representación estudiada para mejor calado de la pretensión final.

El que haya una intencionalidad me parece más que probable en vista del panorama general, pero, de lo que no cabe duda, es de su utilización interesada.

Con respecto al hambre, me temo, que si alguien no lo remedia, la supuesta solución o el supuestamente pretendido incremento en la producción de alimentos, va a suponer el golpe de gracia al sector agroalimentario, centralizandose ya en unas manos todo nuestro alimento, con el riesgo inherente de vernos expuestos a componentes transgénicos, pesticidas, u hormonales, o lo que el Estado decida, surgiendo medidas restrictivas cada vez mayores en cuanto a las libertades en nombre de un supuesto bien manipulado.

Si caemos en la trampa, además de poner en peligro el alimento y nuestra libertad, ponemos en grave riesgo a los ciudadanos del tercer mundo con respecto a que el hambre se perpetúe como negocio, generándose sucesivamente medidas aparentes pero que lo único que hagan sea agravar el problema.

Como no tenemos toda la información, tenemos que siempre creer en medidas encaminadas a tratar la causa, lo primero, con medios razonables (no lo es el irrazonable incremente de producción agrícola transgénica), y buenos en sí mismos, que beneficien en profundidad, no sólo un mero tratamiento superficial, generador de nuevos males.

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