DEL TRATADO
DEL GOBIERNO DE LOS PRÍNCIPES
El rey
es el que rige la muchedumbre de una ciudad, o Provincia, por el bien común.
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Cuando el que gobierna, olvidado del bien común, busca el suyo particular,
consecuentemente, agravia los súbditos en diversas cosas, según que por sus
pasiones es inclinado a procurar su bien en diferentes cosas. … de adonde dijo
Salomón: El Rey justo ensalza la tierra, y el injusto la destruye. …. +++
Cuando el gobierno se desvía de lo justo, no puede haber firmeza en nada, …. no
solo dañan a los súbditos en los bienes corporales, sino que los impiden para
los del ánimo, por lo que apetece más el mandar que el aprovechar, estorbando
el aumento de los súbditos, temiendo que cualquier excelencia de ellos sea
dañosa a su inicuo señorío, porque los tiranos más se temen de los buenos, que
de los malos, y siempre la ajena virtud les es espantosa, y así se esfuerzan
para procurar que sus súbditos no sean gente de virtud, ni tengan pensamientos
magnánimos, para que no dejen de sufrir su mal gobierno, y que entre ellos no
haya conciertos ni amistades, ni gocen de la correspondencia de la paz, porque
así no fiándose unos de otros, no puedan intentar nada contra ellos, por lo
cual siembran entre sus súbditos discordias, y fomentan las que están
comenzadas, y prohíben todo lo que entre los hombres es causa de amistad, como
matrimonios, banquetes, y otras cosas semejantes que en los ciudadanos suelen
causar familiaridad y confianza. …. a los que gobiernan como malos les pesa de
la virtud de sus súbditos, y la impiden con todas sus fuerzas, debiendo
inducirlos a ella, donde gobiernan.
+EL ORADOR SAGRADO
318 ¿Queréis, pues, hermanos míos, juzgar a un hombre? Examinad si sus
obras son justas y buenas, edificantes y útiles. No os dejéis seducir por vanas
palabras, por lisonjeras y magníficas que sean; antes de seguir a ese hombre,
considerad cuál es el fin a que aspira. ¿Queréis juzgar su doctrina? No os
atengáis ni al genio ni al talento que la distingue; estudiad el camino que
traza y las consecuencias buenas o malas que de ella se desprenden. ¿Queréis
juzgar una producción literaria o una lectura cualquiera? Pensad en los efectos
que ordinariamente produce y en los que producirá en vosotros o en aquellos que
os están confiados. "En todo cuanto hagáis mirad el fin" dice el
Sabio. ¿Qué importa que el veneno esté dispuesto con arte? No por esto dejará
menos de ser veneno. El enemigo más peligroso es aquel que, lejos de atacaros
abiertamente, se insinúa diestramente en vosotros, os tiende los lazos más
secretos; el que os atrae a ellos con engañosas palabras, os hiere sin que lo
sintáis, y os asesina con la misma mano que os acaricia.
Pero hay, hermanos míos,
otros falsos profetas, no menos peligrosos que los demás, de los que es preciso
guardarse también, y a quienes reconoceréis por los mismos rasgos con que los
pinta el Salvador: tales son las pasiones. (...) ... y por medio de promesas de
felicidad, le precipitan en un abismo de males. ¿Qué necesidad hay de repetir
aquí lo que la experiencia dice todos los días? Guardaos de los falsos
profetas, que no os lisonjean mas que para engañaros, que no acarician vuestro
corazón mas que para desgarrarlo en seguida ...
CONSIDERACIONES CRISTIANAS PARA TODOS LOS DÍAS
DEL AÑO. 1829
¿Quieres no perder la fe? conserva la caridad.
¿Quieres tener una fe viva? ten una caridad ardiente. ¿Quieres conocer la
caridad? haz obras de caridad.
+ OBISPO DE CUENCA.
1928. CUARESMA.
Si
en todas las cosas buscamos a Jesús, venciendo el egoísmo del corazón humano,
que se acuerda con preferencia de sí mismo, haciendo girar en derredor de él al
mundo entero, encontraremos a Jesús.
+ más se daña el hombre a sí mismo, si no busca a
Jesús, que todo el mundo y todos los enemigos le pueden dañar.” (Apoc 5, 9-10).
TESORO DE ORATORIA SAGRADA, 1857
La complacencia mundana estorba la mayor
parte de las conversiones.
Cuando
se trata de nuestra conversión ¿qué conducta observamos? Estamos inciertos y
vacilamos por esa cobarde complacencia: bien quisiéramos a la verdad mudar de
vida y abandonar los antiguos hábitos y divorciarnos de las compañías
peligrosas; pero antes queremos consultar con el mundo y procurar que no se
ofenda de nuestro proceder; es decir que no buscamos la gracia sino temblando,
y después de haber sido pecadores escandalosos tememos ser famosos penitentes.
Digamoslo de una vez, esto es, que por condescendencia con el mundo no queremos
ni convertirnos , ni tampoco salvarnos. ¿Que resulta de aqui? Que convertimos
la triaca en ponzoña, y que las gracias que se nos habían dado para obrar nuestra
salvación , consuman nuestra reprobacion por el desprecio que hacemos de ellas.
Me espllcaré.
Lo que hace la complacencia para impedir
que el cristiano pecador se haga penitente.
Disgustados
de las cosas de la tierra , como san Agustin, y á veces á solas con Dios,
exhalastéis tiernos suspiros: la gracia os hablaba interiormente y al parecer
respondiais á ella: el mundo por su parte principiaba á hablar , y vosotros
sorprendidos os detuvistéis para escuchar lo que decia. Esta complaciente
curiosidad fué el escollo donde naufragó vuestra conversion: cien veces
conocistéis la necesidad de hacer penitencia despues de una vida mundana , y
cien veces la diferistéis estando á punto de abrazarla : abristéis los ojos
para ver los juicios que formaria el mundo
acerca de vuestra conversion, y eso es lo que os hace vivir pecadores y acaso
os haga morir impenitentes. Postrados de resultas de una larga y peligrosa
enfermedad, habeis recurrido al Dios de todo consuelo : os habeis reprendido
tambien vuestra monstruosa ingratitud para con él , pareciendo que tomabais
medidas seguras para io sucesivo ; pero con el restablecimiento de vuestra
salud, resucitaron vuestros añejos vicios. ¿Y por qué? Porque hubiera hablado
el mundo, y el medio mas seguro de acallarle es seguir viviendo como cristianos
timidos é infieles. Asi con esa culpable condescendencia no hay empresas que no
se frustren , ni resoluciones que no se desmientan: +++blog quiere uno guardar
respetos al mundo , y malogra su salvacion y se condena irremisiblemente.
La complacencia mundana ha hecho y hace aun
diariamente muchos réprobos.
Hermanos
mios, si me fuera posible abrir de par en par las puertas del infierno, ¡
cuántas desgraciadas victimas vierais que habitan en aquella horrorosa mansion
solo porque no se atrevieron á mostrarse virtuosos o temieron parecer
penitentes ¿Y no vemos todos los dias á algunos cristianos estando ya al borde
del sepulcro y proximos á comparecer ante el supremo juez diferir y basta
malograr su reconciliacion por complacer á una familia afligida? Aun ha ido mas
allá la ceguedad, y lo diré por mas que parezca incréible : algunos hombres
despues de haber sido en vida el oprobio del cristianismo y el escándalo de la
religion, han coronado su impiedad con una obstinacion diabolica muriendo
impenitentes por no pasar plaza de pusilánimes y cobardes entre los
desgraciados complices de su irreligion. Creo que os estremeceréis de horror
como yo. Juzgad ahora de las funestas consecuencias de esta pasion y decidme si
exagero estabieciendo que es contraria juntamente á la razon y á la religion.
Conclusion del discurso.
¿Qué
resta pues para sofocar en nuestros corazones esta desdichada pasion que nos
llevarla insensiblemente á la ruina, sino meditar las siguientes palabras de
Tertuliano? Mi salvacion es segura, dice, si no me avergüenzo de mi Dios y
Señor : Salvus sum, si non confundar de Domino meo. Con efecto, si no me
avergüenzo de mi Dios, no hay
nada dificil: se desvanecen lodos los
obstáculos, y las penas, las cruces, las adversidades y las contradicciones de
los mundanos , todo me es indiferente : Salvus sum etc. Si no me avergüenzo de
mi Dios, diga lo que quiera el mundo, yo perdonaré de veras á mi enemigo, no me
vengare del agravio recibido y bendeciré á mis calumniadores: Salvus sum etc.
Si no me avergüenzo de mi Dios, yo enseñare públicamente á los impios los
caminos del Señor, les referiré las maravillas que ha obrado en mi, y publicaré
á voz en grito sus eternas misericordias: Salvus sum etc. SI no me avergüenzo
de mi Dios, aborreceré á su ejemplo el vicio, amare la virtud y la practicaré
resueltamente : Salvus sum etc. Si no me avergüenzo de mi Dios , buscaré á su
ejemplo oprobios y Humillaciones, y seré como él manso, humilde y paciente. La
cruz de este di vino Salvador será mi gozo en esta vida y la prenda preciosa de
la gloria que nos está prometida en la eterna bienaventuranza.
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