domingo, 4 de noviembre de 2007

CARTA AL JOVEN CON MOTIVO DEL BOTELLÓN

En el ser humano existe una capacidad para elegir el amor por encima del egoísmo: de desear y procurar el bien a la humanidad, por encima del inmediato beneficio propio. De la elección entre el amor, que es la máxima capacidad del ser humano, y el egoísmo, depende el sentido, la eficacia y la felicidad de la propia vida.
Esta decisión es individual, pero la sociedad no es neutra e influye, incluso a propósito, en esta decisión, ya que muchos intereses dependen de ello; y así, existe una estructura de fuertes intereses creados a los que les conviene que las personas se guíen por sus particulares intereses, ya que se sabe que de esta manera nadie va a querer mejorar nada que no le convenga particularmente, o bien, sólo cuando de ello no se pueda derivar ninguna pérdida personal. Así, cualquier incitación al egoísmo, como "haz lo que te de la gana", o "vete a lo tuyo", interesa a muchas personas ya que destruye y desnaturaliza al ser humano. Hay muchos mayores en muchos despachos diseñando cómo les interesa que piensen los jóvenes, y no tan jóvenes.
La felicidad sólo se encuentra en el amor que uno es capaz de dar a los demás, y para ello es necesario superar las tendencias egoístas. La sana diversión y descanso no son malas, incluso son necesarias, excepto que incluyan conductas malas en sí mismas, o bien que sean desordenadas, es decir, que no tengan el orden de estar englobadas en el camino de un bien mayor, que sería el mayor bien que uno pueda hacer por la sociedad; en caso contrario, si la diversión no va en este sentido, sino en el contrario, a costa o por encima del bien de todos, se haría daño uno a sí mismo y a los demás, y esto traería muchas consecuencias adversas.
El botellón puede servir a muchos intereses; y puede servir, como estamos viendo, para pretender controlar el ocio de los jóvenes. Entre otras cosas, están provocando que todo el mundo solicite y acepte lo que posiblemente pretendían implantar (conocida técnica de manipulación) que sería llevar a los jóvenes a un sitio, en el que ya todos nos imaginamos qué mensajes y qué servicios existirían.
No caigas en tantas campañas que lo único que hacen es intentar rebajarte de tu categoría de ser persona, pretendiendo que sólo te guíes por tus superficiales apetencias y no por bienes auténticos, lo cual vulnera el derecho a tu vida en la vertiente moral, tu integridad moral, que es lo fundamental de tu ser persona.

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