viernes, 14 de noviembre de 2014

Para el discernimiento



De la biografía de San Ignacio por Casanova.
Página 9
Comienza por distinguir la consolación que tiene alguna causa en las cosas criadas, de la que ninguna tiene, y afirma profundamente que sólo es de Dios Nuestro Señor dar consolación al ánima sin causa precedente, es decir, sin ningún previo sentimiento o conocimiento de algún objeto por el cual venga la tal consolación, mediante sus actos de entendimiento y voluntad.  Con causa (de la manera que acaba de explicar) puede consolar al ánima así el buen Ángel como el malo, por contrarios fines. El discernir estos casos no es cosa de sentimentalismos, sino de puro análisis racional.  Debemos muchos advertir el discurso de los pensamientos; y si el principio, medio y fin es todo bueno, inclinado a todo bien, señal es de buen Ángel; mas, si en el discurso de los pensamientos que trae acaba en alguna cosa mala o distractiva, o menos buena que la que el ánima antes tenía propuesta de hacer, o la enflaquece, o inquieta, o conturba a la ánima, quitándole su paz, tranquilidad y quietud, que antes tenía, clara señal es proceder de mal espíritu, enemigo de nuestro provecho y salud eterna.

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