viernes, 14 de noviembre de 2014

Pobreza de Espíritu



Parte tercera del libro de la Imitación de Jesucristo nuestro Señor. Francisco Arias. 1602. Página 456.
            En que se declara, en que consiste la pobreza de espíritu, que es de consejo, y los grados que tiene, y como el principal y mejor es, dejar todos los bienes por seguir a Cristo.
Esta que habemos declarado, es la pobreza de espíritu y voluntad, que es necesaria a todos los fieles, y en que todos deben de imitar a Cristo. Veamos ahora en que consiste la pobreza de espíritu y pobreza voluntaria, que es de consejo, y pertenece principalmente a aquellos, que pretenden ir por el camino de la perfección, y alcanzar la perfecta caridad y amor de Dios. Consiste primeramente, en que el hombre fiel deje de hecho todas las riquezas, y bienes que tiene, distribuyéndolos a  pobres, o empleándolos en otras obras de caridad y misericordia, y haciéndose pobre por Cristo y por el reino de los cielos. Ya que para esto no solamente deje los bienes, que de presente tiene, sino también el ánimo y voluntad de tenerlos en adelante, con determinación firme de vivir siempre en pobreza. Y eso lo puede cumplir el siervo de Cristo que desea imitarlo y alcanzar la perfección, por muchas maneras, o entrándose en religión, y sustentándose de los bienes y limosnas de la misma religión. O quedándose en el siglo, y sustentándose con el trabajo de sus manos, o con el estipendio de algún ministerio Eclesiástico, o con limosnas de los fieles, las que bastan para sustentarse. O reservando alguna parte pequeña de la hacienda, que tenía, la que solamente es necesaria, para sustentar pobremente la vida: que aunque esta no sea tan perfecta y estrecha pobreza, como es la del que lo deja todo, mas para algunas personas y para algunos fines buenos puede ser mas conveniente: y especialmente para mujeres y personas flacas, que viviendo en el siglo, no se pueden sustentar con solo su trabajo, y pedir o recibir de limosna todo lo necesario, les sería de grande inconveniente. Esta pobreza cuanto a lo principal de ella, aconsejó Cristo en el Evangelio, cuando dijo a un mancebo rico, que guardaba los mandamientos: Si quieres ser perfecto, anda ve, y vende cuantos bienes tienes, y dalos a los pobres, y sígueme. 

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