De AÑO CRISTIANO ó
EJERCICIOS DEVOTOS PARA TODOS LOS DOMINGOS, DIAS DE CUARESMA Y FIESTAS
MOVIBLES. Escrito en francés por el P. JUAN CROISSET, de la Compañia de Jesús. Y
traducido al castellano por D. José María Díaz Jiménez, Presbítero. 1855.
Páginas 238-241
MEDITACION.
Sobre
las tentaciones.
Punto Primero. —
Considera que nuestra vida es una guerra continua con enemigos tanto mas
temibles, cuanto que atacan á nuestra salvacion, y son sumamente astutos para
hacerlo. Estos enemigos son lisonjeros, dulces, insinuantes, arteros, y cuasi
todos domésticos. Inclinaciones viciosas, natural avieso, pasiones nacidas con
nosotros, amor violento del placer, codicia, concupiscencia, un corazon
corrompido, cuyo espíritu es siempre el engaño; sentidos sobornados, que tan
fácilmente seducen al corazon, objetos que tientan, ejemplos que autorizan el
vicio, y que favorecen tanto la inclinacion; ¿es extraño, con todo esto, que
durante la vida todo sea peligro, todo tentacion, todo lazo? El demonio que ha
jurado nuestra perdicion no duerme jamás, y mucho menos se cansa. Él no
presenta mas que placeres, no pide mas que el
consentimiento, no nos ataca mas que por el lado mas flaco. Nuestra resistencia
no le abate; solicita, urge, y como está de inteligencia con el corazon, el
amor propio y los sentidos, al fin persuade. No hay edad en que no sea
poderoso. … No hay lugar alguno en donde la tentacion no
se deslice, y en donde no haga estrago. Como nosotros mismos somos nuestros mas
peligrosos tentadores, la tentacion se halla en todas partes á donde nosotros
vamos. Soledad sombría, desiertos espantosos, claustros rodeados de cercas y
murallas, provistos de toda especie de armas y de municiones: en todas partes
donde nos hallamos nosotros, allí está el enemigo de nuestra salud. Desgraciado
el que cuente demasiado con su valor ó con sus resoluciones; el que no añada la
oracion á la vigilia continua. La gracia, en verdad, es siempre mas fuerte que
la tentacion; pero ¿cómo se resiste á la tentacion, cuando hay tan poco interés
por esta gracia, cuando se cuida tan poco de pedirla sin cesar al Señor, cuando
hasta se resiste á todas las impresiones de la Gracia? ¿Cómo se resiste á
la tentacion, cuando se expone uno voluntariamente á ella, cuando se la busca?
Los lugares mas retirados, los mas santos estados de la vida, las comunidades
mas regularizadas, no son abrigos ni asilos contra la tentacion; y gentes medio
vencidas por el tentador, ¿se exponen con placer á la tentacion, corren sin
armas á los mayores peligros, caminan sin guia y con los ojos cerrados por
medio de los mas grandes precipicios? Báiles, espectáculos profanos, asambleas
mundanas, entretenimientos delicados, reunion de objetos á cual mas tentadores,
ocasiones peligrosas y próximas, ¿respetaréis vosotros la inocencia? Y después
que el demonio se ha atrevido á tentar al Hijo de Dios en el mas espantoso
desierto, después de un ayuno de cuarenta dias, entre los ejercicios de la
piedad mas heroica, ¿estaremos nosotros seguros, no tendrémos nada que temer,
ni en el claustro, ni en el mundo?
Punto Segundo. — Considera que todas las tentaciones son
peligrosas ; pero las mas temibles son las domésticas, estas son las mas
delicadas y menos tumultuosas, y de las que se desconfia menos: raras veces
ataca el demonio á fuerza abierta y con gran ruido. Obrar con tanto estruendo
es advertir al enemigo. Entonces se guarda, toma sus precauciones, se pone en
defensa. El enemigo de la salud es muy hábil y muy astuto para que obrase con
tal torpeza; observa el tiempo en que uno vive mas confiado, está atento á las
circunstancias del lugar, aprovecha las ocasiones, prepara con cuidado los
objetos, estudia el natural, el espíritu, las inclinaciones, el humor, la
propension, y sobre todo la pasion dominante; y este es el resorte principal de
que se sirve. Ninguna de estas tentaciones afectadas deja de tener un motivo
plausible y especioso, siempre conforme á la pasion que domina. No son mas que
conversaciones de cortesía, de correspondencia, de civilidad, las que
insensiblemente hacen tragar el veneno que mata al alma. Pretendidas
obligaciones de sostener con esplendor un empleo, un estado, una familia, son
las que hacen emprender un comercio injusto, tomar á manos llenas, sacrificar
su conciencia á sus propios intereses. La nombradía que se tiene, el rango en
que uno se halla, el cargo que se desempeña, un establecimiento que se quiere
plantear, es siempre el pretexto que autoriza las asambleas mundanas, de las
que nunca se sale sin menoscabo del espíritu cristiano, los espectáculos
profanos á los que jamás se asiste sin pecado, el juego, en donde la pérdida
menor es la del tiempo. Aun en los mismos que son inclinados á la piedad se ve
por lo comun que la devocion esta, por decirlo así, ingerida en el natural. De
aquí tantas ilusiones, tanto orgullo, tanto mal humor, tanta sensualidad en
aquellas personas que se creen y que se llaman devotas. Alguna vez se encuentra
el celo, junto con un temperamento vivo, bullicioso, vanidoso, disipado. ¡Buen
Dios, qué lamentable disipacion! ¡qué alejamiento del retiro y de la oracion!
¡qué apego al propio parecer! ¡qué desarreglo en su interior! ¡qué indiferencia
con respecto á las obligaciones ordinarias de su estado y de la regla! Y hé
aquí las tentaciones mas temibles, y de las que sin embargo se desconfía menos;
tentaciones que pierden á tantas almas.
Concededme,
Señor, la desconfianza saludable de mi entendimiento, de mi corazon, y de mi
amor propio, y cuanto mas sutil, artificiosa y delicada sea la tentacion, tanto
mas resuelto estoy yo, mediante vuestra gracia, á velar, temer y orar.
Jaculatorias.—Yo espero, Señor, que con el auxilio de
vuestra gracia evitaré tantos peligros, y apoyado en vuestra asistencia no
habrá dificultades que yo no rompa. (Psalm.
XVII).
Dad,
Señor, una señal brillante de vuestra bondad conmigo; vean mis enemigos que me
socorreis, y queden con esto ellos mismos cubiertos de confusion. (Psalm. Lxxxiii).
PROPÓSITOS.
1
No atribuyamos siempre al demonio nuestras caidas: por grande que sea su
malicia, nuestra derrota en las tentaciones no es siempre obra suya; nosotros
mismos nos tentamos muchas veces; mas peligrosamente y con mas malignidad que
él lo haria. ¿ Para qué quiere emplear sus armas contra gentes que en su fondo
se alimentan del contagio que las debe hacer perecer, y que son mas industriosas
para emponzoñarse, que él solícito y empeñado para perderlas? ¿Qué necesidad
tiene de encender un fuego que jamás está extinguido, que se nutre con empeño,
y que arde sin cesar? Se corre á los espectáculos , al teatro, á los
entretenimientos escandalosos, á las reuniones donde reina el vicio sin
disfraz; las mas licenciosas diversiones constituyen hoy una de las mas serias
ocupaciones de las gentes del mundo. El lujo ostenta todos los dias todo lo que
hay de mas tentador, causa rubor el nombre de cristianos; y después de esto
¿habrá quien se atreva á decir que el demonio nos tienta? Huid con ardor de
todas estas ocasiones de pecado. Sed continuos en la oracion, mortificad
vuestros sentidos, domad vuestras pasiones, vivid como cristianos, y la tentacion
será para vosotros un motivo de victoria y de mérito.
2 No os expongais al peligro, y no
pereceréis en él. Desconfiad siempre de vuestro natural, y mirad como vuestro
principal enemigo á vuestro amor propio. Por mas santo que sea vuestro estado,
desconfiad de vuestro propio corazon. Las mejores tierras abundan regularmente
en malas yerbas si les falta la cultura. Si os hallais en el estado religioso,
guardad con puntualidad vuestras reglas; desconfiad de un celo demasiado
impetuoso; observad con exactitud todas vuestras prácticas de piedad; no
descuideis el exámen de conciencia; aprovechad el uso de los Sacramentos. Con
estas sabias precauciones , pidiendo continuamente el socorro del cielo, las
tentaciones léjos de dañar vuestra virtud la purificarán.”
http://books.google.es/books?pg=PA243&dq=ayuno++CUARESMA&id=-1FqiVqAAOAC&hl=es#v=onepage&q=ayuno%20%20CUARESMA&f=false
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