238 DE 538 "Y por eso quiero que causéis utilidad al próximo, y de
este modo daréis fruto de vuestra viña."
242. "..., y si es
dolor sensual derrama lágrimas del corazón, las cuales engendran muerte, porque
procedían del corazón, pues el amor era
desordenado fuera de mí; y porque es desordenado, por eso es con ofensa mía, y
por tanto recibe dolor y lágrimas. Sin embargo es verdad que la gravedad de la
culpa y del llanto es mayor o menor según la medida del amor desordenado. ...
Ve ahora las lágrimas que dan vida; esto es, de los que conociendo su culpa
empiezan a llorar por temor de la pena. Estas son lágrimas cordiales y
sensitivas, pues no habiendo llegado aún el alma a un odio perfectísimo de la
culpa cometida contra mí, se levanta con dolor del corazón por la pena que le
sigue después del pecado cometido; y por eso lloran los ojos, porque quieren
satisfacer al dolor del corazón. Mas ejercitándose el alma en la virtud
comienza a perder el temor, porque conoce que él por sí solo no es suficiente
para darle vida eterna, como te lo manifesté en el segundo estado del alma; y
por eso se levanta con amor a conocerse a sí misma, y mi bondad para con
ella, …
246. " ... este
amor, y así lo debéis tener a la criatura racional, amándola sin ser amado por
ella, y amarla sin ningún respeto de utlidad propia o espiritual o temporal,
sino a gloria y alabanza de mi nombre, porque yo la amo."
247 "... no es tan
perfecta el alma en esta vida, que no pueda llegar a mayor perfección, esto es,
a amor más perfecto."
"El segundo estado es de los que comienzan a conocer sus maldades
por la pena que sigue a la culpa. Este es un principio general concedido por mí
graciosamente a los flacos, que como ignorantes se anegan en lo hondo del rio,
huyendo de la doctrina de Mi Verdad; mas son muchísimos los que conocen sus
males sin temor servil, esto es, sin temer la propia pena y al punto se
revisten de un grande odio de sí mismos, por lo que se reputan dignos de la
pena: algunos con sencillez se dan a servirme doliéndose de la ofensa cometida
contra mí."
248. "porque no puede sufrir el calor de su caridad, ni el olor de
la unión que ha hecho conmigo, mar pacífico, en el cual no puede el alma ser
engañada mientras estuviere unida conmigo."
254. " ... el alma
que está en pecado mortal ninguna buena obra que haga le vale para la vida
eterna, porque no son obras hechas en gracia, bien que no debe por eso dejar de
hacer buenas obras, porque todo bien es premiado, y toda culpa es castigada.
"El bien que se hace no estando en gracia no es meritorio, ni vale para la
vida eterna, pero mi Divina bondad y justicia da premio imperfecto, como fue
imperfecta la obra que se me ofreció, pues algunas veces es premiada la buena
obra con cosas temporales, otras les doy tiempo, como te dije en otra ocasión,
para que se corrijan y enmienden, otras hago que alguno de mis siervos que me
son aceptos me ruegue que les dé la vida de la gracia, como lo hice con el
glorioso Apóstol Pablo, que por las oraciones de San Esteban dejó la infidelidad,
arrepintiéndose de las persecuciones que movía a los Cristianos. Mira pues como
no debe dejar de obrar bien el hombre en cualquier estado que se halle."
"... como ladrón hurtó el honor que se debía a mí, Criador, y se
lo dio a sí mismo. Esta flor exhala el mal olor de falso y miserable juicio, el
cual es de dos maneras, uno contra mí, juzgando mis ocultos juicios y todo
misterio mío, esto es, juzgando en odio, lo que yo he hecho por amor, en
falsedad lo que he hecho en verdad, y en temor lo que les concedo para vida.
Todo lo condenan y juzgan según su enfermo parecer, porque tienen ciegos con el
amor propio sensual los ojos del entendimiento, y obscurecida la luz de la fe,
que no les deja ver ni conocer la verdad. El segundo juicio es contra su prójimo,
de donde muchas veces proceden muchos males, y no conociéndose a sí mismo el
hombre miserable, quiere conocer el corazón y afecto de los otros, y por alguna
obra que verá o palabra que oirá juzgará de la intención del corazón. Pero mis
siervos siempre juzgan bien, porque están fundados en mí, que soy sumo
bien".
255 "... la lengua
fue hecha solamente para honrarme, confesar sus pecados, y ejercitarla en
palabras virtuosas para bien del prójimo."
256. "el viento de que son heridos los mundanos es de prosperidad,
o de adversidad, o de temor, o de conciencia, que son las cuatro
especies".
257. "... viento del
temor servil, por el cual tienen miedo aún de su propia sombra, temiendo perder
lo que aman desordenadamente, como la vida, o que se mueran los hijos u otras
personas, o ser privado de su Señorío, o de el de otros por amor propio, o los
honores o riquezas. Este temor no les deja gozar de su contento pacíficamente,
porque no lo poseen ordenadamente según mi voluntad, y por esto tienen el tal
temor servil y pavoroso."
258. "... probándoles
con la tribulación que les concedo, conozcan la instabilidad y poca firmeza del
mundo".
259 "... si muere el
hombre en el amor de la virtud, recibe bien infinito, y si en odio de ella,
queda en odio infinito, padeciendo condenación eterna, ..."
261: "... si está en el alma esta virtud (paciencia), que es el
meollo de la caridad, manifiesta desde luego que todas las virtudes están vivas
y perfectas; y si no está, demuestra que todas son imperfectas, y que no han
llegado a la mesa de la santísima cruz, en donde fue concebida la paciencia con
el conocimiento de sí y de mi bondad en ellos,
…, y ungida con verdadera humildad."
262. "... el amor con
la verdadera paciencia destruye todo temor y amor propio que dé pena, sino pena
que da consuelo por la ofensa mía y daño del prójimo, fundada en caridad, la
cual pena da vigor al alma, y así tiene gozo, lo cual da a entender claramente
estar yo por gracia en el alma."
"...; mas llegando al cuarto estado ha crecido tanto el alma, que
no solo sufre con paciencia, mas también desea sufrir con alegría, tanto que
desprecia todo contento de cualquier parte que venga, con tal que pueda
conformarse con mi Verdad, que es Cristo crucificado. Esta alma recibe el fruto
de quietud interior, y una unión perfecta cuanto al sentido en mi dulce
naturaleza Divina, ..."
263 "...; pues las
virtudes no eran en sí dulces sino por haber sido hechas y unidas en mi amor
Divino, esto es, que el alma no atendió a su propia utilidad sino a mi honor y
salvación de las almas."
263. "... se levantó
de la miseria de sus culpas por virtud de la preciosa sangre de Cristo, ...
"
267 " ... cuando tú
visitas el alma, esta queda alegre y animosa para la virtud."
270 "Esto deben mirar los ojos del entendimiento con la luz de la
santísima fe, la cual te dije que eran las niñas de estos ojos."
"...; esta es la luz común que generalmente deben tener todos, y
el que no la tuviese estaría en estado de condenación, y la causa de que ellos
no estén en estado de gracia es no tener esta luz, porque quien no la tiene no
conoce el mal de la culpa y la causa de ella, y por eso no puede evitar ni
aborrecer la causa. Y así quien no conoce el bien y la causa de él, esto es, la
virtud, no puede amarme ..."
"Mira pues cuán necesaria os es esta luz, pues vuestras culpas no
consisten en otra cosa sino en que amáis lo que yo aborrezco, y aborreceis lo
que yo amo. Yo amo la virtud y aborrezco el vicio; quien ama el vicio y
aborrece la virtud me ofende, y está privado de mi gracia. Este va como ciego,
que no conociendo la causa del vicio, esto es, el amor propio sensual, no se
aborrece a sí mismo, ni conoce el vicio ni el mal que acompaña al vicio, ni
conoce la virtud ni a mí, que soy quien se la doy, y por la cual tiene vida y
dignidad, en la que se conserva y viene a la gracia por medio de ella, y así
mira como el no conocer es causa de su mal."
283 Negarse a sí mismos y sujetar la propia voluntad a la de Dios.
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