miércoles, 3 de diciembre de 2014

MEDITACIONES SANTA GERTRUDIS


16 DEL PDF: Padre Alonso de Salmerón: importa la virtud de los nobles.
19. La verdadera libertad está en servir a Dios, libres de la sujeción a las riquezas, honras y deleites del mundo, que cuanto son más grandes, tanto más aprisionan los corazones de los hombres. Salir de la esclavitud de la cárcel de este siglo.
30 Mortificar los sentidos del cuerpo, los apetitos y las pasiones.
32 grados de humildad
Desprecio, pobreza y humillación, medios para la humildad.
89 ¡O cuán locos son los hijos de Adán, que pudiendo traer a sí las riquezas eternas, tienen por blanco de su amor las caducas y temporales!
90 "...; y es que vio en la saeta tres lancetas de oro; una al principio, otra al medio y otra al fin, en que se le dio a entender los tres grados del amor de Dios: el que es llagado con la primera, cobra fastidio y desprecio de las cosas caducas y perecederas del mundo, como los enfermos de calentura fastidian los manjares que de antes apetecían; así los que tienen este ardor de la calentura del amor, fastidian los regalos y festines del mundo, y las honras y riquezas que antes apetecían; pero cuando la flecha llega a la segunda lengueta, pasa un grado mas adelante el que ama, y apetece las asperezas, dolores y trabajos por su Dios; como suele apetecer el enfermo las pócimas amargas y medicinas ásperas, encendiéndose la calentura, por alcanzar la salud: y el que llega hasta la tercera lanceta con la flecha del amor de Dios, llega al supremo y último grado, saliendo de sí, por entregarse todo a Dios, hasta unirse íntimamente con él, sin desear ni aspirar a otra cosa mas que a servirle, amarle y gozarle, llorando su destierro, y clamando por quien ama con una suavidad y dulzura inefable, que baña su espíritu, y le enagena de sí, por vivir en quien ama.
93: "Su divina Magestad nos dé a todos una centella de este fuego sagrado, para que sepamos amarle y servirle, y para que purifique nuestras almas de la escoria de cualquier afición terrena, y para que en todo y por todo busquemos su gloria y honra, sin algún interés nuestro, como Santa Gertrudis la buscó."
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Espiritualmente, tuvo la Merced de tener el corazón de Cristo: primera Santa Gertrudis; después Santa Catalina de Siena (como lo escribe el muy docto y Reverendo Padre Fr. Hernando del Castillo)
117: Como dice San Pablo, la ciencia envanece, y la caridad humilla, y al paso que la una crece, la otra se entibia.
127: "... también se descubría con claridad la intención que había tenido en cada uno de ellos; conviene a saber, si había pretendido por ellos la gloria de Dios, y el aprovechamiento de su alma y de los próximos, o el favor y aplauso de los hombres, y el daño de alguno: en las lab ..."
129: Vio a Santa Agueda, Santa Eulalia y Santa Cecilia.
138: esforzándolos a llevar sus enfermedades como venidas de la mano de Dios, con paciencia y alegría por el mérito que ganaban, y la gloria que habían de recibir por ellas en el cielo.
142 Otra vez la enseñó el Señor el modo y la prudencia con que debía reprender. Para lo cual le mandó que guardase las tres reglas siguiente. La primera, que fuese con ánimo y rostro sereno, sin ceño, ni muestras de indignación, y menos con intención torcida de venganza, o de hacer mal. La segunda que fuese con necesidad y causa bastante; y que habiéndola, no omitiese la reprensión. La tercera, que nunca la contase, ni dijese en otra parte en donde no reprendió, si no fuese en caso que hubiese de aprovechar a otros el saberla: y siempre había de nacer de perfecta caridad, y amor del próximo y de Dios.
144 "... tengan la intención recta, no mirando a su interés, ni a su comodidad, sino a la gloria de Dios y provecho espiritual de los otros, a quien deben afervorizar con la palabra y el ejemplo".
152 "No te aflijas por lo hecho, porque yo lo dispuse así con mi paternal providencia para limpiar su alma de imperfecciones, y disponerla, para darle  mayores gracias y favores: y advierte, que todo hombre que con caridad y santo celo corrige a mis escogidos, no pretendiendo darles pena, sino doliéndose de sus faltas, es un ligero azote en mi mano, que los libra de eternos tormentos, y recibirá grande gloria por ello, correspondiente a sus merecimientos."
154 "... lloraba por la perdición de tantos moros y judíos, que no conocían la verdad de nuestra fe, y no había quien procurase su luz y su salvación, caridad verdaderamente grande, y llama del gran fuego de su amor, ...".
159: ¡Ay de mí, pobre y miserable, ¡cómo he gastado este tiempo! ¡Cuán poco me ocupé en el servicio de Dios, Señor y amador mío!.
167, Conformarse con rendida voluntad a la de Dios.
198 "...obras, que deben ser buenas y santas, sin mácula de torcida intención, ni resabio de amor propio, mirando siempre, como al blanco, al mayor servicio de Dios, a quien como agradable sacrificio, y de altísimo valor, deben ser ofrecidas juntamente con las que obró Cristo nuestro Redentor."
221 "En todos estos trabajos estuvo tan firme, constante, y con tan admirable paciencia, que no se airó, ni inmutó, ni dio muestras de tristeza, ni hizo más movimiento en lo interior de su alma, ni la exterior de su cuerpo, que si no le sucediera cosa adversa, ni le tocara alguno de aquellos trabajos, recibiéndolos todos, no solo con igualdad de ánimo, sino con alegría y gozo, como dones enviados de la mano de Dios; que es el supremo grado de la virtud de la paciencia, a donde el que ha llegado, llegó a la cumbre de su perfección."
237 " ... dijo San Gregorio, y se ve por experiencia en esta Santa, los manjares del mundo, por suaves y dulces que sean, continuados fastidian y empalagan el paladar; pero los espirituales y divinos cuanto mas se gustan mas apetito da, y nunca cansan, ni empalagan, porque son como el cebo del fuego que cuanto mas leña le echan mas se enciende."

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