El
hombre no vé en el hombre la imágen de Dios ni el compañero de su inmortalidad,
sino otro ser casual que se le asemeja, y que muchas veces es un estorbo á sus
designios ó un obstáculo á sus deseos. Los nombres pues de amor, de
benevolencia, de fraternidad, han quedado casi sin idea, porque falta la
caridad inmensa de Jesucristo fuente única de todo amor, de todo enlace, de
toda union entre los hombre que él vino a redimir, sustiyendo á su crueldad y á
su orgullo el heroismo del amor que es la caridad, y el premio inmortal de sus
mútuos sacrificios. Para sello de este gran precepto de la humanidad, dijo á
los hombres el Legislador Divino: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que
os aborrecen; mandó que en el hombre mas réprobo no viésemos mas que un hijo
descarriado; el mismo rogó por sus verdugos; y proscribiendo el rencor y la
venganza, redujo al amor todos sus preceptos, reservando á su eterna justicia
el castigo de los que desprecian su misericordia.
http://books.google.es/books?id=CQZRAAAAcAAJ&pg=PA45&lpg=PA45&dq=para+el+cristiano+sufrimiento&source=bl&ots=3Qx1b9-eZF&sig=XVY7tZYJaKwGwUHOl7PEGls5niE&hl=es&sa=X&ei=2HWBUJPhHcWi0QXgyIDYBA&ved=0CFYQ6AEwBjgK#v=onepage&q=para%20el%20cristiano%20sufrimiento&f=false
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