miércoles, 3 de diciembre de 2014

De Santa Perpetua:


 " ... se arrojó a mí para arrancarme los ojos; me maltrató, me cargó de injurias, y se retiró tan vencido, como el demonio que se valió de él para vencerme. ..."
Al salir del agua tuve una grande inspiración de no pedir a Dios otra cosa sino paciencia y valor para padecer animosamente todos los tormentos que me quisiesen hacer sufrir.
...Y el Señor me comunicó nuevo aliento, haciéndoseme desde entonces tan dulce la prisión, que no la trocaría por otra alguna estancia. 

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