viernes, 5 de diciembre de 2014

FRAGMENTOS DE VARIOS LIBROS



LA CORRECCIÓN DEBE NACER DEL  AMOR
Práctica de la viva fe de que el justo vive y se sustenta. Por el P. Fr. Tomás de Jesús, Vicario general de los Religiosos y Religiosas descalzos de Nuestra Señora del Carmen en Flandes y Alemania, anotado y aclarado por el Dr. D. Julián González de Soto, Presbítero, rector del seminario de Tarragona. Barcelona. 1858.
Introducción.
            Una de las miserias mayores de estos tiempos, que como vemos son muchas y muy graves, es haber dado el mundo en dos extremados errores. El uno y mayor es de los herejes de esta edad, que contentándose con el nombre de la fe sola no pasan más adelante a buscar el espíritu y vida de ella, que es obrar conforme nos enseña.


 PRÁCTICA DEL AMOR A JESUCRISTO`. ALFONSO DE LIGORIO, TRADUCIDO POR JOAQUÍN ROCA Y CORNET.

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La ira reposa en el seno del necio (Ecli 5, 10). La cólera halla lugar en el corazón del insensato que ama poco a Jesucristo, y en él permanece mucho tiempo; mas si se desliza furtivamente en el corazón del verdadero sabio no tarda en ser arrojada, sin poderse allí deterner.  Un alma que ama verdaderamente a Jesucristo, nunca está de mal humor, porque, no teniendo otra voluntad que la de Dios, tiene siempre lo que ella quiere, y de consiguiente está siempre tranquila; la voluntad de Dios la calma en todas las adversidades, y así se manifiesta dulce y afable con todo el mundo. Mas esta dulzura no puede lograrse sin un grande amor hacia Jesucristo. En efecto, la experiencia nos enseña, que nunca somos tan caritativos hacia los demás, como cuando sentimos más ternura y amor por Jesucristo.


Médico religioso de las enfermedades espirituales. Padre Carlos Escribano; traducido en romance   por el P. Luis de Palma, jesuita también.

 673 Entonces (dice este santo, San Gregorio) vamos al monte a cortar leña, cuando nos ponemos a mirar por las culpas, y delitos de nuestros súbditos. Y sencillamente cortamos la leña cuando tratamos de cortar, y remediar sus vicios con sana intención, y ánimo piadoso. Pero la hacha se nos va de la mano cuando la reprensión nos lleva tras sí a mayor aspereza de lo que era menester: y el hierro se suelta del mástil, cuando de la reprensión salta alguna palabra más áspera, y dura que hiere al amigo, y le mata: y digo que le mata, porque con la injuria le priva del espíritu de amor, y de la caridad.

31 del pdf: Y persuádase que si emprende este negocio con cuidado (de aplicar remedios a las enfermedades espirituales como ayuno a comer demasiado, oficios bajos a la vanagloria, etc.), y como es razón que lo tome el que de veras desea sanar, que se sentirá aliviado mucho más presto de lo que él pudiera imaginar; y hallará por su experiencia ser verdad lo que dijo el sabio de los frutos de la sabiduría; que será muy poco el trabajo que pondrás en ella, y gozarás presto de los frutos de ella.

7  El modo de gobernar personas espirituales ha de ser fuerte, y suave.
            El modo de gobernar, mayormente aquellos que se han ofrecido a Dios en sacrificio voluntario, y que no forzados, sino con aliento, y alegría espiritual desean ser enderezados, y apretados a conseguir su perfección, por el camino de la mortificación, y abnegación de sí mismos, que este tal gobierno haya de ser fuerte y suave, no solamente es autoridad constante de los Santos Padres, sino también de nuestras constituciones, y los ejemplos, y avisos de nuestro Santo Padre nos lo enseñan copiosamente. Pero cómo se puedan juntar en la práctica estas dos cosas, muchos confiesan que no se alcanza fácilmente: porque si se ha de tratar con los súbditos con sumo rigor, para que en ninguna cosa falten de las que pide la perfección espiritual los que una vez han profesado este camino: esto apenas parece que se puede hacer; porque la carne, y fragilidad humana no puede caminar al paso del fervor del espíritu, antes parece que este modo de gobierno, que no repara en la flaqueza humana, nacido sin duda de buen celo, pero no según ciencia, ha de salir áspero, y del todo intolerable. Por otra parte si atendiendo a la flaqueza humana y con pretexto de compasión de nuestros hermanos, fácilmente venimos en lo que la carne apetece contra el espíritu; quien no ve (porque como dice la Escritura, la tierra poco a poco se va gastando con las avenidas. Job 14)  sino que ha de resultar de ahí, que tengamos hombres tibios, y carnales en los cuales no tanto veamos espiritu de abnegación, y de amor de la Cruz (en el cual consiste todo el ser de la vida religiosa, como elegantemente lo dijo San Basilio, y lo han confirmado todos los demás Maestros del espíritu, enseñados de la primera verdad, que es Cristo Señor nuestro) cuanto espíritu de sensualidad, y de propia voluntad. ¿Pues qué debe hacer el superior para que ni la fortaleza degenere en aspereza, y rigor, ni la suavidad en relajación y tibieza?

Ninguna enfermedad espiritual es incurable. P fol 3 p2

+318 La corrección debe nacer del amor. -321 inclusive


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PROEMIO
La cura de las almas, cuanto es más excelente, y más dificultosa que la de los cuerpos, tanto nos piede mayor solicitud, y mayor ciencia, y estudio.

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