El que está
sometido a la obediencia de los padres, tiene que hacer lo que lo que mandan
excepto que manden algo contra la ley de Dios, o bien que la ejecución de lo
mandado vaya en contra de los dictados de la propia conciencia. Esto se ve más claramente si
toda la conducta está guiada por la caridad.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
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